EDITORIAL

Las últimas semanas han sido intensas en lo que se refiere a las normativas de protección animal. No sólo por la ley española, que todavía está pendiente de su aprobación definitiva, sino también por la modificación de la ley catalana, que ha «liberado» a los centros de menos de 15 animales de declararse núcleo zoológico. Una propuesta a la que el COVB se ha opuesto: no podemos dejar sin control sanitario ningún colectivo de animales.

Más allá de las cuestiones técnicas, que hemos expuesto públicamente, deberíamos reflexionar sobre el camino que queremos tomar en relación con la protección animal. Cataluña siempre ha sido, como en otros muchos temas, un país avanzado. Mientras el Estado Español aprueba una ley en el 2023 y la considera una gran victoria, resulta que 25 años atrás, Catalunya ya tenía su propia ley. Podemos estar más o menos de acuerdo con sus contenidos, pero es indudable que Cataluña fue pionera.

Deberíamos preguntarnos si ese empuje, esa fuerza que tenía nuestro país, todavía está viva, porque los hechos nos dicen lo contrario. La ley española es profundamente centralizadora: os invito a leerla y comprobar cómo se quiere trasladar a la capital el Registro de los animales identificados electrónicamente, el registro de los núcleos zoológicos o la gestión de los gatos ferales. Perdemos empuje y ningún político ha levantado la voz. Y para acabar de arreglarlo, se modifica la ley catalana yendo hacia atrás.

Por eso los veterinarios debemos ser activos. Debemos manifestar nuestro rechazo a la modificación de la ley catalana, y debemos velar por que el desarrollo de la ley española tenga en cuenta nuestra profesión, la veterinaria. Desde el Colegio trabajaremos en esta línea, y todas vuestras sugerencias serán bienvenidas.

Ricard Parés
Vicepresident del COVB