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Razas peligrosas

Tener un perro potencialmente peligroso conlleva una responsabilidad. Según el marco normativo vigente, el propietario de un animal de una raza considerada potencialmente peligrosa debe disponer de una licencia administrativa que autoriza su tenencia y conducción, emitida por el ayuntamiento del municipio en el que está censado el animal. Esta licencia tiene una validez de cinco años.

Se consideran perros potencialmente peligrosos los Akita Inu, American Staffordshire Terrier, bullmastiff, dóberman, dogo argentino, dogo de Burdeos, fila brasileño, mastín napolitano, pit bull, presa canario, rottweiler, Tosa Inu o cualquier cruce de estas razas. También se consideran potencialmente peligrosos aquellos que hayan protagonizado agresiones a personas u otros perros y aquellos que hayan sido adiestrados para el ataque y la defensa.

Asimismo, los ayuntamientos también pueden considerar potencialmente peligrosos a perros de otras razas, si cumplen determinadas características, como por ejemplo:

  • Un perímetro torácico de entre 60 y 80 cm, altura a la cruz de entre 50 y 70 cm.
  • Un peso superior a 20 kg.
  • Una cabeza voluminosa, cuboide, robusta, con un cráneo ancho y grande, mejillas musculosas y redondeadas.
  • Un cuello ancho, musculoso y corto.
  • Un pecho macizo, ancho, grande, profundo, costillas arqueadas y un lomo musculado y corto.
  • Unas extremidades anteriores paralelas, rectas y robustas, y extremidades posteriores muy musculosas, con patas relativamente largas formando un ángulo moderado.

 

Listado de perros considerados potencialmente peligrosos 

Normativa